Aquí podéis encontrar diversos materiales sobre esta materia correspondiente al segundo curso de Bachillerato
Ciencias de la Tierra by Pilar Iniesto is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en ctmamontesdetoledo.blogspot.com.
viernes, 23 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
La cumbre climática de Durban
En el marco de la XVII Cumbre del Cambio Climático, realizada entre
el 28 de noviembre y el pasado 11 de diciembre en Durban, Sudáfrica, la
ONG europea Germanwatch presentó un preocupante “índice de riesgo
climático” -que toma en cuenta el costo en vidas humanas y pérdidas
absolutas en dólares, y costo relativo de acuerdo con el nivel de
prosperidad- según el cual, Colombia, junto a Guatemala y Pakistán,
fueron los países más afectados en el 2010 por desastres relacionados
con el clima. Pakistán sufrió las peores inundaciones de su historia, la
nación centroamericana fue devastada por los huracanes y en cuanto a
Colombia está visto que las últimas temporadas invernales han sido las
más trágicas y dañinas de que se tenga noticia y aun es prematuro hacer
balances de la que estamos padeciendo.
También aludía en su informe la citada ONG a que, en todo el
mundo, más de 710.000 personas murieron entre 1991 y 2010 a causa de
14.000 acontecimientos climáticos graves, que provocaron pérdidas
económicas estimadas, a precios de hoy, en más de US$2,3 billones. Y
hacía una observación final acerca de que ningún país desarrollado está
incluido entre los diez más expuestos al riesgo climático, excepto Rusia
que sufrió una intensa ola de calor en el 2010.
Esa figuración entre los países más gravemente afectados por los
fenómenos asociados al calentamiento global, contrasta con el hecho
-ampliamente demostrado en la cumbre de Copenhague, hace dos años, por
el entonces presidente Uribe- de que en materia de emisiones
contaminantes hemos hecho la tarea derivada del Tratado de Kioto, pues
emitimos solo el 0,37% del total mundial de gases de efecto invernadero,
y en cifras absolutas, arrojamos al aire 250 toneladas de C02 por cada
punto del PIB, casi la mitad del promedio mundial y un 7% menos del
promedio suramericano.
Lo anterior podría llenarnos de razones para estar de acuerdo con
Greenpeace y otras importantes organizaciones ambientalistas, que
califican la cumbre de Durban como “un fracaso” del cual deberían
“sentirse avergonzados los gobiernos participantes”. Es muy fácil
criticar desde la barrera y al margen de las grandes decisiones, cuyo
costo político y económico y su efectiva ejecución, a la hora de la
verdad corren por cuenta de quienes firman los acuerdos. Colombia estuvo
dentro del bloque de naciones que exigía compromisos concretos con el
cambio climático y aunque la última aspiración era alcanzar un tratado
superior al de Kioto, con fuerza vinculante para todos los países, tanto
desarrollados como en vía de desarrollo, en esta ocasión las realidades
políticas y económicas del mundo solo dieron para unos avances
aparentemente modestos pero realistas, y en la dirección que la propia
ONU aspiraba.
Fracaso habría sido que, pese a la prórroga de 36 horas decretada
por la presidencia sudafricana de la Cumbre, para tratar de salvar la
llamada Plataforma de Durban, las diferencias entre la Unión Europea,
EE.UU., China y la India no hubieran podido conciliarse. Pero se logró
y, en consecuencia, todo el mundo respiró aliviado porque se consiguió
que el Protocolo de Kioto, único instrumento vinculante para países
desarrollados -con excepción de EE.UU., que no lo firmó- en materia de
reducción de gases de efecto invernadero, extienda su vigencia por
varios años más después de su expiración el 31 de diciembre de 2012. Así
se evita un vacío legal en la lucha contra el cambio climático, pero
deja para posteriores reuniones su fecha de finalización, un tema que
sin duda deberá tratar la cumbre del año próximo en Qatar.
Otro logro importante fue definir una “Hoja de Ruta”, propuesta
por la UE, para la adopción de un nuevo acuerdo global vinculante de
reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Tras un pacto
entre la India, reticente a asumir compromisos vinculantes, y la Unión
Europea, el documento final acuerda empezar las negociaciones para
adoptar, en 2015, un “resultado con fuerza legal” para todos los países.
Es cierto que “lo mejor es enemigo de lo bueno”, pero en verdad la de
Durban no merece el calificativo de “fracaso” que le han dado sus
críticos.
Fuente: http://www.elmundo.com/portal/opinion/editorial/la_cumbre_climatica_de_durban.php
martes, 6 de diciembre de 2011
Cómo funcionan las dioxinas
1 ¿Qué son las dioxinas?
Las dioxinas constituyen un grupo de compuestos químicos que son
contaminantes ambientales persistentes. Se encuentran en el medio
ambiente de todo el mundo y se acumulan en la cadena alimentaria,
principalmente en el tejido adiposo de los animales.
Las dioxinas son preocupantes por su elevado potencial tóxico.
2 El caso de las granjas en Alemania.
En enero de 2011 miles de granjas y explotaciones agroalimentarias
de Alemania fueron cerradas debido a la aparición de dioxina en los
piensos industriales. Asimismo, miles de gallinas y cerdos fueron
sacrificados en ocho estados por la contaminación.
Tal y como explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y
Nutrición, el incidente comenzó con la mezcla de ácidos grasos,
destinados a usos técnicos, con grasa vegetal, que se emplea en la
producción de piensos compuestos para animales. Estos ácidos grasos
estaban contaminados con dioxinas, de forma que las dioxionas terminaron
en los piensos compuestos.
3 Efectos de las dioxinas en la salud humana.
La exposición breve del ser humano a altas concentraciones de
dioxinas puede causar lesiones cutáneas, tales como acné clórico y
manchas oscuras, así como alteraciones funcionales hepáticas.
La exposición prolongada se ha relacionado con alteraciones
inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo, del sistema endocrino y
de la función reproductora.
Como las dioxinas están omnipresentes, todos tenemos una exposición
de fondo y una cierta concentración de dioxinas en el organismo: la
llamada carga corporal. En general, lo más común es que la exposición de
fondo normal no tenga efectos en la salud humana. No obstante, debido
al gran potencial tóxico de esta clase de compuestos, son necesarias
medidas para reducir la exposición del fondo actual.
4 Personas más vulnerables.
El feto es particularmente sensible a a exposición a las dioxinas.
El recién nacido también puede ser más sensible a algunos efectos.
Algunos individuos o grupos de individuos pueden estar expuestos a
mayores concentraciones de dioxinas debido a sus dietas (por ejemplo,
grandes consumidores de pescado en algunas zonas del mundo) o a su
trabajo (por ejemplo, trabajadores de la industria del papel y de la
pasta de papel, o de plantas de incineración y vertederos de desechos
peligrosos).
5 La prevención y el control de la exposición a las dioxinas.
La incineración adecuada del material contaminado es el mejor método
disponible para prevenir y controlar la exposición a las dioxinas.
La prevención o reducción de la exposición humana se hace mejor con
medidas dirigidas a las fuentes, es decir, un control estricto de los
procesos industriales para reducir al máximo la formación de dioxinas.
Más del 90% de la exposición humana a las dioxinas procede de los
alimentos, y fundamentalmente de la carne, los productos lácteos, el
pescado y el marisco. Por esto, es crucial la protección de los
alimentos. Asimismo, es necesario evitar la contaminación secundaria de
los alimentos a lo largo de la cadena alimentaria. Para la producción de
alimentos inocuos es esencial que haya buenos controles durante la
producción primaria, el procesamiento, la distribución y la venta.
La vigilancia de la inocuidad de los alimentos y la adopción de
medidas de protección de la salud pública es competencia de los
gobiernos nacionales. Cuando se sospeche un incidente de contaminación,
los países deben disponer de planes de contingencia para identificar,
detener y eliminar los alimentos y piensos contaminados.
6 ¿Qué puede hacer el consumidor para reducir el riesgo de exposición?
La eliminación de la grasa de la carne y el consumo de productos
lácteos con bajo contenido graso pueden reducir la exposición a las
dioxinas. Una dieta equilibrada, con cantidades adecuadas de fruta,
verduras y cereales, contribuye a evitar una exposición excesiva a una
misma fuente.
Esta es una estrategia a largo plazo para reducir la carga corporal, y
probablemente sea más importante en las niñas y las mujeres jóvenes,
con el fin de proteger la exposición del feto y de los lactantes
amamantados.
No obstante, las posbilidades de que los consumidores reduzcan su propia exposición es limitada.
7 Medidas establecidas a nivel europeo.
Según un comunicado de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria
y Nutrición, los niveles máximos para dioxinas fueron establecidos en
el año 2001 en piensos, así como para alimentos de origen animal
(pescado, carne, huevos y productos derivados).
El Reglamento de Subproductos, adoptado en 2002, establece que los
subproductos contaminados con dioxinas (incluyendo animales y productos
de origen animal) serán destruidos de forma que no entren en la cadena
alimentaria.
Los requerimientos mínimos de higiene para piensos fueron establecidos
por el Reglamento (CE) Nº 183/2005 del Parlamento europeo y del Consejo
del 12 de enero de 2005.
Los Estados miembros deben asegurar que se lleven a cabo controles
regulares, basados en la evaluación de riesgos y con la frecuencia
apropiada, según el Reglamento (CE) Nº 882/2004. Estos controles
oficiales deben incluir controles en los operadores de piensos.
8 La situación en Europa.
Según el comunicado de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y
Nutrición, no ha habido envíos de pienso compuesto contaminado fuera de
Alemania, con la excepción de envíos a gallinas reproductoras en
Francia y Dinamarca. Los productos alimenticios procedentes de las
granjas afectadas están siendo trazados y retirados del mercado.
Ningún producto de origen animal contaminado ha sido comercializado
ni exportado a otro Estado miembro o País tercero, con la excepción de
dos lotes de huevos potencialmente contaminados enviados a Países Bajos.
Tras el procesado, uno de estos lotes se envió al Reino Unido.
Posteriormente, los resultados analíticos del lote indicaron que
cumplían con la legislación vigente.
9 La situación en España.
Hasta el momento, no ha existido distribución de productos
alimenticios/ piensos potencialmente contaminados al territorio
nacional.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición está en
permanente contacto con la Comisión Europea. Las Comunidades Autónomas
han sido informadas a través del SCIRI (Sistema Coordinado de
Intercambio Rápido de Información), con la información trasladada por
los Servicios de la Comisión. También se mantiene contacto permanente
con el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.
Fuente: http://salud.practicopedia.com
El papel de la luz ultravioleta en las variaciones del clima terrestre
Se han esclarecido algunos aspectos sobre el vínculo existente entre la variabilidad solar decadal y el clima invernal en el Reino Unido, el norte de Europa y algunas regiones de América del Norte.
El estudio, dirigido desde el Servicio Meteorológico Nacional Británico, y en el que han trabajado especialistas del Imperial College de Londres y de la Universidad de Oxford, muestra que la reducción de la luz ultravioleta proveniente del Sol puede contribuir a hacer más fríos los inviernos en bastantes regiones del hemisferio norte. Los duros inviernos británicos de 2009-10 y 2010-11 son un ejemplo de ello.
Los años con mayor radiación ultravioleta tienen el efecto contrario.
En algunos estudios anteriores ya se observó esta conexión entre la variabilidad solar y el clima invernal, pero la nueva investigación a cargo del equipo de Adam Scaife, Sarah Ineson y Joanna Haigh establece que esto no es mera coincidencia.
Los nuevos datos aportados por satélites muestran que la variabilidad de la radiación ultravioleta durante el ciclo solar (de aproximadamente 11 años de duración) puede ser mucho más grande de lo pensado hasta ahora. Estos datos satelitales han resultado cruciales para la investigación.
Introduciendo esta información en el modelo climático del Servicio Meteorológico Nacional Británico, los investigadores han podido reproducir los efectos de la variabilidad solar mostrada por los registros climáticos.
En años de baja actividad ultravioleta, se forman masas de aire inusualmente frías en la estratosfera sobre los trópicos, aproximadamente a 50 kilómetros de altura, y se refuerza en las latitudes medias un patrón de ciertos sistemas de vientos provenientes del Este, que pasa a incrementar su influencia en la superficie, con el resultado de inviernos más fríos en el norte de Europa.
El estudio, dirigido desde el Servicio Meteorológico Nacional Británico, y en el que han trabajado especialistas del Imperial College de Londres y de la Universidad de Oxford, muestra que la reducción de la luz ultravioleta proveniente del Sol puede contribuir a hacer más fríos los inviernos en bastantes regiones del hemisferio norte. Los duros inviernos británicos de 2009-10 y 2010-11 son un ejemplo de ello.
Los años con mayor radiación ultravioleta tienen el efecto contrario.
En algunos estudios anteriores ya se observó esta conexión entre la variabilidad solar y el clima invernal, pero la nueva investigación a cargo del equipo de Adam Scaife, Sarah Ineson y Joanna Haigh establece que esto no es mera coincidencia.
Los nuevos datos aportados por satélites muestran que la variabilidad de la radiación ultravioleta durante el ciclo solar (de aproximadamente 11 años de duración) puede ser mucho más grande de lo pensado hasta ahora. Estos datos satelitales han resultado cruciales para la investigación.
Introduciendo esta información en el modelo climático del Servicio Meteorológico Nacional Británico, los investigadores han podido reproducir los efectos de la variabilidad solar mostrada por los registros climáticos.
En años de baja actividad ultravioleta, se forman masas de aire inusualmente frías en la estratosfera sobre los trópicos, aproximadamente a 50 kilómetros de altura, y se refuerza en las latitudes medias un patrón de ciertos sistemas de vientos provenientes del Este, que pasa a incrementar su influencia en la superficie, con el resultado de inviernos más fríos en el norte de Europa.
Cuando la luz ultravioleta incidente es mayor de lo usual, ocurre lo contrario, y entonces hay más influencia de ciertos sistemas de vientos provenientes del Oeste, que traen aire cálido y por tanto inviernos más suaves, a Europa.
Los niveles de luz ultravioleta afectan a la distribución de las masas de aire en la cuenca del Atlántico y su perímetro de influencia. Esto causa una redistribución del calor, de modo que mientras Europa y EE.UU. pueden estar más fríos, Canadá y el Mediterráneo pueden mantener temperaturas suavizadas, ocasionando ello un impacto discreto en las temperaturas globales.Comparadas con la influencia climática de las emisiones de gases con efecto invernadero durante el último siglo, las variaciones solares tienen un efecto mucho menor sobre las tendencias globales del clima a largo plazo, pero este estudio muestra que pueden tener una influencia perceptible en el clima invernal, tal como subraya Joanna Haigh, del equipo de investigación, profesora en el Departamento de Física del Imperial College de Londres.
Copyright © 1996-2011 NCYT | (Noticiasdelaciencia.com / Amazings.com). Todos los derechos reservados.
Depósito Legal B-47398-2009, ISSN 2013-6714
Todos los textos y gráficos son propiedad de sus autores. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin consentimiento previo por escrito.
Excepto cuando se indique lo contrario, la traducción, la adaptación y la elaboración de texto adicional de este artículo han sido realizadas por el equipo de NCYT.
Nuevos datos del corazón de la Tierra
El ser humano sueña con viajar a otros planetas pero aún desconoce muchos de los misterios que oculta aquel que habita, como los que se esconden en su núcleo. Un equipo de científicos publica en la revista 'Nature', unos datos que ayudarán a conocer mejor ese 'corazón' inaccesible, en el que parece ser que hay mucho menos oxígeno del que se creía.
Los científicos ya sabían que la capa que rodea el núcleo está compuesta principalmente por hierro líquido y otros componentes. Uno de los que se creían relativamente abundantes es el oxígeno, dado que la Tierra lo tiene en grandes cantidades en la superficie, pero parece que no es así, según las conclusiones de Yingwei Fei y sus colegas del Carnagie Geophysical Laboratory (Estados Unidos).
Sus resultados, aseguran, ayudarán a entender mejor cómo se formó el planeta hace 4.500 millones de años, cuando polvo y materia estelar se fusionaron en los orígenes del Sistema Solar.
Los modelos actuales, además de grandes cantidades de hierro, detectaban también en torno al núcleo otros elementos como sulfuro, oxígeno, silicio, carbón o hidrógeno. En esta investigación, el equipo de Fei ha obtenido nuevos datos basándose en que cuando aumenta la profundidad dentro de la Tierra, también aumenta la presión y la temperatura.
Ello supone que los materiales actúan de forma diferente de como lo hacen en la superficie y por ello el núcleo tiene una capa líquida a su alrededor y un corazón sólido.
Aunque se conoce la profundidad del núcleo por las variaciones en la densidad y la velocidad del sonido en las observaciones sísmicas, hasta ahora era difícil medir estas características en aleaciones de hierro a determinadas presiones cuando se intentaban recrear en los laboratorios. "El problema es que no podemos tomar muestras del núcleo directamente, así que tenemos que aprender sobre el mismo con experimentos y con datos sísmicos", explica Fei.
Se sabe que impactos a gran velocidad generan ondas expansivas que aumentan la temperatura y la presión de los materiales simultáneamente, llevando a la fusión a los que se encuentran en la parte externa del núcleo. El equipo hizo experimentos simulando ondas de choque con mezclas de hierro, sulfuro y oxígeno con sacudidas eléctricas que los llevaron a estado líquido. Luego midieron su densidad y velocidad a la que viajaba el sonido a través de ellos en condiciones como las que hay en el centro de la Tierra.
Tras comparar sus datos con las observaciones previas, concluyen que no puede haber mucho oxígeno en torno al núcleo terrestre. "La investigación nos ha revelado otra forma de descifrar la identidad de los elementos ligueros que hay en el núcleo", ha señalado Fei.
Los científicos ya sabían que la capa que rodea el núcleo está compuesta principalmente por hierro líquido y otros componentes. Uno de los que se creían relativamente abundantes es el oxígeno, dado que la Tierra lo tiene en grandes cantidades en la superficie, pero parece que no es así, según las conclusiones de Yingwei Fei y sus colegas del Carnagie Geophysical Laboratory (Estados Unidos).
Sus resultados, aseguran, ayudarán a entender mejor cómo se formó el planeta hace 4.500 millones de años, cuando polvo y materia estelar se fusionaron en los orígenes del Sistema Solar.
Los modelos actuales, además de grandes cantidades de hierro, detectaban también en torno al núcleo otros elementos como sulfuro, oxígeno, silicio, carbón o hidrógeno. En esta investigación, el equipo de Fei ha obtenido nuevos datos basándose en que cuando aumenta la profundidad dentro de la Tierra, también aumenta la presión y la temperatura.
Ello supone que los materiales actúan de forma diferente de como lo hacen en la superficie y por ello el núcleo tiene una capa líquida a su alrededor y un corazón sólido.
Aunque se conoce la profundidad del núcleo por las variaciones en la densidad y la velocidad del sonido en las observaciones sísmicas, hasta ahora era difícil medir estas características en aleaciones de hierro a determinadas presiones cuando se intentaban recrear en los laboratorios. "El problema es que no podemos tomar muestras del núcleo directamente, así que tenemos que aprender sobre el mismo con experimentos y con datos sísmicos", explica Fei.
Se sabe que impactos a gran velocidad generan ondas expansivas que aumentan la temperatura y la presión de los materiales simultáneamente, llevando a la fusión a los que se encuentran en la parte externa del núcleo. El equipo hizo experimentos simulando ondas de choque con mezclas de hierro, sulfuro y oxígeno con sacudidas eléctricas que los llevaron a estado líquido. Luego midieron su densidad y velocidad a la que viajaba el sonido a través de ellos en condiciones como las que hay en el centro de la Tierra.
Tras comparar sus datos con las observaciones previas, concluyen que no puede haber mucho oxígeno en torno al núcleo terrestre. "La investigación nos ha revelado otra forma de descifrar la identidad de los elementos ligueros que hay en el núcleo", ha señalado Fei.
Rosa M. Tristán | ELMUNDO.es
domingo, 4 de diciembre de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)